Integridad y competencias comportamentales: ejes del IX Congreso Nacional de Empleo Público

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La Comisión Nacional del Servicio Civil (CNSC) llevó a cabo el IX Congreso Nacional de Empleo Público en Bucaramanga, evento académico que abordó temas fundamentales para la carrera administrativa: la integridad en la gestión pública y el desarrollo de competencias comportamentales.

☑La integridad en la gestión pública: se podría definir la integridad como la cualidad de ser honesto y actuar con rectitud, adhiriéndose a principios morales y éticos sólidos.

Implica ser consistente entre lo que se piensa, se dice y se hace, incluso en ausencia de supervisión. Para profundizar en este tema, en el IX Congreso Nacional de Empleo Público se abordó desde diferentes miradas.

Durante el debate “La visión de la integridad desde la academia”, los panelistas sostuvieron que ser íntegro es proteger el bien común, es un ejercicio de construir una cultura de integridad que lleve a afianzar la ética como una impronta en la institucionalidad.

Implica una coherencia entre valores, creencias, principios y acciones; un equilibrio entre lo que se piensa con lo que se hace.

☑Retos y desafíos en la evaluación de competencias comportamentales: el comisionado Edwin Arturo Ruíz Moreno, resaltó que la Constitución de 1991 establece los valores, principios y derechos que deben guiar la labor de los servidores públicos, quienes deben asumirlos y promoverlos activamente.

Subrayó la importancia de la validez predictiva como indicador clave para seleccionar talento humano que contribuya eficazmente a los fines del Estado, y advirtió sobre el sesgo de deseabilidad social, una tendencia a responder de forma aceptable más que sincera en evaluaciones de competencias e integridad.

Finalmente, recomendó la validación por expertos, diferenciar entre competencias comportamentales e integridad, estandarizar pruebas y abrir el debate sobre el uso de entrevistas en los procesos de selección.

La comisionada de la CNSC, Sixta Zúñiga Lindao, destacó la importancia estratégica de medir la integridad dentro del modelo meritocrático, señalando que su evaluación transforma la cultura organizacional, fortalece la transparencia, previene riesgos y legitima a las instituciones ante la ciudadanía.

La inclusión de pruebas de integridad en procesos de selección y su medición en la Evaluación del Desempeño Laboral (EDL) es una acción coherente que previene riesgos reputacionales y de corrupción, generando confianza.

Este proceso no es responsabilidad exclusiva de la CNSC, sino una construcción colectiva que demanda el compromiso de todos los actores del sistema.

☑Del saber hacer, al saber ser

El comisionado presidente de la CNSC, Mauricio Liévano Bernal, destacó la necesidad de pasar del “saber hacer” al “saber ser”, reconociendo la integridad como eje transversal para el ingreso y permanencia en el servicio público.

Señaló que, por mucho tiempo, la evaluación del desempeño se centró únicamente en competencias duras (conocimientos técnicos y habilidades), pero que los avances en el estudio del comportamiento organizacional han demostrado que las competencias blandas son fundamentales para un desempeño efectivo y sostenible.

En ese sentido, subrayó que la integridad debe entenderse como una competencia comportamental esencial, visible a través de una actuación ética, transparente y coherente.

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