En la gala de los premios de periodismo y reportería gráfica Alfonso Bonilla Aragón se exaltó, por primera vez, el trabajo y trasegar periodístico de dos colaboradores de la Oficina de Comunicaciones, Elizabeth Muñoz Garzón y William López Arango.
La exaltación representa la gratitud y el reconocimiento a muchos años de ardua labor en diferentes espacios y ámbitos del periodismo, pero sobre todo, desde la construcción de la comunicación pública.
Quienes conocen a Elizabeth Muñoz pueden definirla como una mujer luchadora y quien guarda la memoria organizacional de la Oficina de Comunicaciones. Hermana mayor y la primera persona de su familia en graduarse de la Universidad. Su corazón entendió desde niña las causas justas y encontró en el periodismo y la comunicación el espacio para defenderlas.
La función pública ha sido la herramienta para servir y es ahí, y en su familia, en donde ubicó el norte para su vida. En los anaqueles de la Alcaldía de Cali está impresa su visión y conocimiento traducidos en discursos, boletines, estrategias, campañas, artículos, comunicados, normas y guías; tantos años de entrega incondicional a la función pública, al servicio y a la comunidad, la hacen merecedora de este reconocimiento.
La segunda exaltación de la noche fue para William López Arango, un hombre a quien sus allegados califican como un pequeño gran profesional. Y es que el buen periodista ha de ser, ante todo, un buen ser humano y esas cualidades le rebosan en estatura.
William, pertenece a una estirpe de reporteros en extinción, un narrador innato; es un sabueso dispuesto a encontrar el dato, la anécdota y la historia precisa. Si tuviésemos que definirlo, deberíamos hacerlo con su mayor capacidad: la de titular con dos palabras.
A ellos nuestro respeto y admiración por los años vividos al servicio de lo público. ¡Gracias!